Thursday, July 26, 2007

Alas de mosca




Mirando el borde de las alas de una mosca puede entenderse el modo en el que se forma el sistema nervioso central de tu madre. Y la tuya. Para eso hay que ser miope. Para observar el borde de las alas de una mosca. Las alas de las moscas se forman a través de un conjunto de células agrupadas en diferentes grupos que nunca se mezclan. Eso permite la construcción simétrica de las partes dorsal y ventral. Igual sucede con el sistema nervioso central de los vertebrados. Las alas de la mosca son un modelo del sistema nervioso central. Una maqueta pequeñísima. Tu madre es un vertebrado. Y la tuya.

Basta con manipular esas células mediante emisiones de luz para resolver problemas o para corregir defectos. Los grupos se van alineando en formaciones de diamante hasta llenar los espacios necesarios o suplantar aquellas áreas problemáticas.

El hecho de que encontráramos a tu madre en el techo de la habitación, con la espalda hacia el suelo no tiene relación directa con ese procedimiento. El que la tuya se haya lanzado como si tal cosa por la ventana del sexto piso del hospital tampoco parece ser un resultado directo de la manipulación descrita.

En ambas hemos encontrado problemas de salud previos. El historial médico incluye depresión, insomnio, falta de apetito, dolores estomacales, úlceras y otra serie de condiciones.

Debido a esos datos y a la naturaleza experimental de los procedimientos, lamentamos informarte que nuestra empresa no puede hacerse responsable de los costos que las situaciones descritas hayan podido causar.

Lo siento mucho por tu madre y la tuya. Y recuerda que estamos aquí para cuando nos necesites.

Thursday, July 19, 2007

Raíces de la abstención electoral

Antoni Doménech

En las últimas décadas, entre los electores en general, y entre los electores europeos muy en particular, se ha perdido la esperanza en la capacidad no sólo de influir en los procesos políticos mediante su participación electoral, sino, más grave aún— se ha desplomado la esperanza de que los procesos políticos democráticos puedan influir en la configuración de la vida social y económica. Porque la gente sencilla se percata muchas veces de las cosas de la política —de las cosas importantes— con mayor acuidad y perspicacia que la que suelen atribuirle los comentaristas y los analistas políticos, y a menudo, con mejor sentido de realidad que éstos. ¿Quién no se acuerda aquí de aquella encuesta de la que resultaba que los españolitos de a pie consideraban que los bancos y las grandes empresas tenían mucho más poder que el Parlamento y el Gobierno de España, lo que sirvió, si no para otra cosa, para alguna que otra broma chocarrera y escurril de tertulianos radiofónicos?Todos los estudios empíricos coinciden: la sensación dominante, desde luego en Europa, es que la política es impotente ante unos procesos de alcance mundial (la “globalización”) dirigidos básicamente por grandes imperios privados que no tienen que rendir cuentas a nadie (las empresas transnacionales) y por unos mercados financieros re-mundializados y re-desregulados, como antes de 1914.

¿La abstención activa es una alternativa en Puerto Rico? Lea el artículo completo en:
Libro de Notas

Friday, July 13, 2007

Novela rusa (fragmento)

El poeta Gyorgy Tkachenko, ataviado en cuero negro hasta la billetera, le pidió a Ludmila que tomara asiento. Observó sus ojos claros y su piel blanca. Dos estrellas sobre la nieve, pensó. El cabello sobre sus hombros de un negro espeso como la noche siberiana. Le preguntó algo sobre su trabajo, por el paradero de Andrei, que no sé si sabía que estudiamos juntos en el Instituto y editamos una revista. Ludmila tembló ligeramente pues conocerse era un peligro. Gyorgy se colocó a sus espaldas mientras ella le narraba con la voz tranquila de quien gana tiempo cómo había conocido a su marido. Tkachenko lucía como un lobo. Aquel abrigo de piloto era parte del cargamento requisado por el jefe de la policía política para sus muchachos. Se acercó a Ludmila sin hacer ruido. Conteniendo la respiración, escuchando sus propios latidos, hasta percibir un olor a rosa, a sal, a miel juntas en un modelo de líneas suaves y curvas elegantes. El trueno fue seguido por un silencio pleno. El cuerpo cayó lentamente. Luego nada. Él se acercó y ella parecía mirarlo desde donde estuviera. Blanca, hermosa, la desnudó tratando de evitar el charco de sangre inevitable. Colocó la herida cabeza sobre el traje azul, doblado. Olió el cuello, los senos adornados por pequeñas fresas, ligeramente mordisqueando. El olfato se detuvo sigiloso en las cercanías del sexo, la tundra, el exilio del mundo. El poeta probó aquella sal prohibida del cuerpo aún tibio. La colocó de espaldas y observó el culo como un paisaje ártico. Las nalgas eran dumas. Su nariz se convirtió en un ave en busca de nido. Respiró hondo, largamente. Cerró los ojos. Se desnudo evitando en lo posible el poco de sangre que hacía un arroyo débil en el suelo. Se acostó en aquella espalda suculenta hasta el gemido. Gyorgy se sentó a esperar a que Andrei regresara de la calle. No reparó en que aún estaba desnudo o que su mano izquierda estaba manchada de un rojo oscuro. Tuvo tiempo de empezar a delinear en su mente aquellos versos que comenzaban con algo así como Brota una flor roja bajo la luna de octubre.