Friday, September 21, 2007

Zaratustra sobre los poetas



Me he cansado de los poetas, de los viejos y de los nuevos: superficiales me parecen todos, y mares poco profundos.

No han pensado con suficiente profundidad: por ello su sentimiento no se sumergió hasta llegar a las razones profundas.

Un poco de voluptuosidad y un poco de aburrimiento: eso ha sido la mejor incluso de su reflexiones.

Un soplo y un deslizarse de fantasmas me parecen a mí todos sus arpegios; ¡qué han sabido ellos hasta ahora del ardor de los sonidos!

No son tampoco para mí bastante limpios: todos ellos ensucian sus aguas para hacerlas parecer profundas.

Con gusto representan el papel de conciliadores: ¡mas para mí no pasan de ser mediadores y enredadores, y mitad de esto y mitad de aquello, y gente sucia!

Ay, yo lance ciertamente mi red en sus mares y quise pescar buenos peces; pero siempre saqué la cabeza de un viejo dios.

El mar proporcionó así una piedra al hambriento. Y ellos mismos proceden sin duda del mar.

Es cierto que en ellos se encuentran perlas: pero tanto más se parecen ellos mismos a crustáceos duros. Y en lugar del alma he encontrado a menudo en ellos légamo salado.

También del mar han aprendido su vanidad: ¿no es el mar el pavo real de los pavos reales?

Incluso ante el mas feo de todos los búfalos despliega él su cola, y jamás se cansa de su abanico de encaje hecho de plata y seda.

Ceñudo contempla esto el búfalo, pues su alma prefiere la arena, y más todavía la maleza, y mas que ninguna otra cosa, la ciénaga.

¡Que le importan a el la belleza y el mar y los adornos del pavo real! Esta es la parábola que yo dedico a los poetas.

¡En verdad, su espíritu es el pavo real de los pavos reales y un mar de vanidad!

Espectadores quiere el espíritu del poeta: ¡aunque tengan que ser búfalos!

Mas yo me he cansado de ese espíritu: y veo venir el día en que también el se cansara de sí mismo.

Transformados he visto ya a los poetas, y con la mirada dirigida contra ellos mismos.

Penitentes del espíritu he visto venir: han surgido de los poetas.
En la foto, Nietszche como artillero prusiano.

Tuesday, September 11, 2007

11 de septiembre

Con el permiso de los que se lanzaron al vacío

prefiriendo ese infierno al fuego

hago este minuto de palabras por aquel viejo presidente

que se quitó la vida para no dársela al general

prefiriendo ese infierno al fuego.



Con el permiso de las dudas que quedan

-como pasaportes intactos entre los escombros de edificios-

dedico este otro minuto a los chilenos

que perdieron la vida construyendo una fantasía:

se lanzaron al vacío pretendiendo volar

como si no existiera el fuego

como si no existiera el infierno

que construyó el paraíso de las Torres Gemelas.

Un minuto entonces, para nosotros, desconsolados idealistas
que sabemos de la existencia del cielo y el fuego,
que queremos cocinar una última cena
en la terraza del infierno.